
Marcelino Higueras Saavedra
Las Empresas Transnacionales, (ETN), han cimentado su poder en teorías neoliberales, con su apoyo en ámbitos internacionales institucionales desde hace más de 32 años. Estas teorías están basadas supuestamente en las teorías de siglo XXIII, a las que hacían referencia los fundadores de la economía clásica, David Hume, Bermard Mandeville y Adam Smith. Su puesta en práctica en los últimos años ha demostrado que estas perspectivas han funcionado muy bien para incrementar la concentración de poder de las empresas transnacionales, mientras que los fundadores de la economía pensaron que el mercado, a través de la libre competencia (lo que es lo mismo), a través de la búsqueda individual del beneficio propio, llevara como resultado el beneficio común, éste resulta ser el fundamento institucionalizado de las Transnacionales.
El mercantilismo, ha generado condiciones para la implementación de un monopolio mundial, donde se cimentaron estrategias maquiavélicas de cosificación de la naturaleza exclusivamente con fines cuantitativos sin medir la sostenibilidad y soporte de los mismos Stock de los “recursos” provenientes de la naturaleza.
a) Naturaleza cosificada
La cosificación de la naturaleza está ligada históricamente al beneficio individual como proceso para el “supuesto” beneficio común. Cuando Adam Smith propugnaba estas teorías, quizá estaba persiguiendo objetivos políticos; y seguro que hubiera aprobado sin reservas las políticas seguidas durante estas tres últimas décadas. Ahora bien, de repente se hubiera sentido un fracasado al constatar que lo que estas políticas han aportado como resultado es: la aceleración en concentración de economía de grandes corporaciones, en lugar de generar una diversidad económica más amplia. La tendencia e impactos en los stocks de los “recursos naturales”, los impactos ambientales, la afección en la bioregeneración que no han tenido lugar en la intensa acción de explotación extracción.
Por otra parte, la relación espiritual, los principios y fundamentos de igualdad con la naturaleza, se han convertido en meros anuncios fundamentalistas, hasta con estrategias de márquetin de las mismas corporaciones de extracción.
La sombra de la responsabilidad social corporativa[1]
A la par del desarrollo de visiones de defensa de la soberanía de los pueblos del Sur, en mecanismos internacionales favorables a la soberanía de los pueblos del Sur. No es extraño, que las Empresas Transnacionales hayan desarrollado “impecables” estrategias enmarcadas, en supuesto: crecimiento de “economía”, nos referimos a programas ambientales y sociales que de alguna manera encubren el oscuro lado de las acciones de extracción de riqueza.
Mientras, que los estados del sur al parecer quedaron anclados en discursos “Para que la Riqueza no se Motivó de Nuestra Pobreza”, con esporádicos intentos de control y posición contrarias ante las Transnacionales, las Empresas continúan evolucionando en el ejercicio de la famosa teoría “Responsabilidad Social Corporativa” (RSC) hecha a la medida del interés de transnacionales, respaldada por algunos estados y gobiernos.
2 ¿Se puede considerar a la naturaleza como mercancía? ¿por qué?
La relación histórica, y los antecedentes de “Uso, manejo, aprovechamiento” de los recursos naturales, desde el enfoque se lo vea ha generado un pensamiento de objeto de dominio del hombre sobre la naturaleza y no sujeto de convivencia, por ejemplo: desde la economía, se concibe, la generación de ganancia a partir de la cuantificación de la naturaleza, desde la industria y tecnología; se concibe “Desarrollo”, desde mayor extracción ligada al mejoramiento de los medios de producción y su evolución tecnológica.
El desarrollo del hombre en este sentido, habría fundamentado considerar a la naturaleza como mercancía de intercambio, de relación, de beneficios alimento, entre otros. Durante los últimos siglos, el hombre sin embargo no ha medido la capacidad de “carga ecología”, condiciones de bioregeración de la biodiversidad, la degradación de los recursos naturales, en contraste con un aparente desarrollo basada continuamente en la extracción y mercantilización de los recursos naturales, esta condición está obligando a los Estados-Nación, sociedad científica, sociedad en general. A pensar en cambios estructurales.
De considerarse, el horizonte del “Buen Vivir”, entendiendo los cambios civilizatorios, se constituye en una urgente necesidad para discutir, definir, el acercamiento a la naturaleza en su condición de sujeto desde donde se podría revertir la mira estricta mercantilista a la naturaleza.
[1] Higueras Marcelino. (2015) Ensayo: Extractivismo Hidrocarburífero en Tiempos de Estado Plurinacional, Atentado a los Derechos de la Madre Tierra