6.21.2013

FALACIAS DE LA NACIONALIZACIÓN Y ESTATIZACIÓN DE EMPRESAS REVERSIÓN DE LAS ACCIONES DE SOBOCE A LA GOBERNACIÓN DE CHUQUISACA

Por Isaías Zuna Prieto.

El llamado que hacen el gobernador y las organizaciones sociales afines al gobierno, a la unidad de los chuquisaqueños para “no pagar” por las acciones de SOBOCE revertidas a la Gobernación de Chuquisaca, argumentando que su pago dejaría a Chuquisaca sin recursos para su desarrollo por tres años, que Samuel Doria Medina a saqueado los recursos de FANCESA y los chuquisaqueños trabajamos para enriquecerle, que pagarle sería seguir favoreciendo a los ricos, que ese dinero tiene que ir a los pobres y que FANCESA es del pueblo chuquisaqueño. ¿Qué significa esto? ¿Un chantaje emocional mentando a los pobres? ¿Una manipulación al sentimiento cívico chuquisaqueño? ¿Un llamado a violar el estado de derecho con el despojo del bien ajeno?

Los argumentos expuestos por el gobernador y sus asesores y el fallo del juez que dispuso el pago de más de 98 millones de dólares por la reversión de las acciones de SOBOCE a la Gobernación de Chuquisaca y por intereses devengados por el incumplimiento del Decreto Supremo que dispuso el pago por dichas acciones en 180 días, previa valuación por una consultora independiente, ponen de manifiesto la total improvisión con la que implanta el señor Presidente su política de nacionalización y estatización de las empresas transnacionales y privadas, al calor de sus animadversiones y de viejas consignas socialistas vaciadas de sentido, con la falsa esperanza de granjearse el respaldo popular, sin contar con un estudio técnico de respaldo ni con un modelo de gestión definido para cada caso.

Así, el Presidente Evo Morales no pensó en el desarrollo de Chuquisaca cuando firmó el Decreto de reversión de las acciones de SOBOCE a la Gobernación de Chuquisaca, por ejemplo, no pensó que provocaría la salida del capital que tenía SOBOCE bien invertido en Chuquisaca, produciendo cemento; ni pensó que el monto millonario que tiene que pagar la Gobernación no generará ni un gramo extra de producción, porque sólo irá a cubrir el vacío que dejará la salida de SOBOCE; tampoco pensó que esta suma millonaria tendrá que salir del presupuesto departamental, reduciendo sustancialmente los recursos de la Gobernación para la inversión en producción y en desarrollo humano y social; pero además el Presidente, como gobierno central, no aportó ni un centavo, cargó a la Gobernación de Chuquisaca toda la responsabilidad de pagar por las acciones revertidas; y para el colmo, hace poco impuso arbitrariamente a FANCESA una multa de 12 millones de bolivianos, dice por no cubrir bien el mercado nacional, cuando esta responsabilidad no es solo de FANCESA sino de todas las cementeras. Entonces, pregunto ¿quiénes son los traidores del desarrollo de Chuquisaca?

Hay muchos, como David Sánchez, Urquizo y otros, que opinan que no debe pagarse por las acciones de SOBOCE, porque sería seguir favoreciendo a los ricos, que ese dinero debe ir a los pobres. ¿Por qué mienten? ¿Por qué no confesan que detrás de esas excusas se halla agazapada el pillaje, el despojo del bien ajeno y el saqueo al Estado? Hace poco quisieron ponerle las manos a los recursos del Proyecto Sucre Ciudad Universitaria. Unos meses atrás, con esta misma lógica de pillaje, el ministro Carlos Romero y el Presidente Evo Morales quisieron imponer la ley de extinción del derecho propietario, pero no esperaban que una mujer valiente, con ética y principios, como Rebeca Delgado, fuera a desbaratar el proyecto concebido por la “inteligencia” abismal de Romero. Acusan también a SOBOCE de haber causado daños económicos a la Alcaldía de Sucre, de saquear los recursos de FANCESA, de no haber pagado por las acciones, etc. ¿Por qué no demostraron todo eso en el juicio que perdieron? ¿No hubo argumentos, pruebas? ¿Qué paso con la consultora que contrataron, o hasta en eso hubo corrupción? ¡¡Y basta de justificar la pillería poniendo de pretexto a los pobres, al desarrollo de Chuquisaca!!

Que Chuquisaca siga siendo uno de los departamentos más pobres de Bolivia, especialmente en el área rural, no es cuestión de las acciones de SOBOCE, es cuestión de que los municipios y sus instancias técnicas y la propia Gobernación no hayan sabido gestionar el desarrollo, es curioso que el gobierno que tanto habla de cambio no sepa que el desarrollo es cambio, pero cambio de actitud, de mentalidad, de esperar ayuda a producir, de los derechos a las responsabilidades, de la dependencia a la autonomía, del Estado Plurinacional rentista, paternalista y autoritario al Estado Promotor de Autonomías, de Autorrealización y de Solidaridad. Lo contrario significa seguir invirtiendo fraudulenta-mente en proyectos que nunca resultaron. ¿Qué pasó con nuestras regalías millonarias de Vuelta Grande y Campo Piraymiri? Las invertimos desde los años 70 en proyectos psícola, ovino, porcino, lechero, forestación, en servicios básicos, escuelas, postas, caminos, defensivos, silos, capacitación y asistencia técnica, etc., ahora con la Gobernación “invertimos” nuestras regalías en césped sintético, coliseos, tinglados, mercados, salones de reunión, puentes, entrega de semillas, formación política, pero Chuquisaca no ha salido de la pobreza: los hermanos indígenas originarios campesinos siguen esperando más ayuda y exigiendo sus derechos.

El gobierno de Banzer en 1999 privatizó el 33,4% de las acciones de FANCESA, de propiedad de la Prefectura de Chuquisaca, que fueron compradas por SOBOCE en 26 millones de dólares, cuyo pagó se acreditó con un documento bancario a favor de la Prefectura, con dinero proveniente de un crédito bancario que endeuda a Samuel Doria Medina. Como muchos recordarán, de los 26 millones de dólares, cuatro millones se destinó a financiar el asfaltado de la carretera Sucre – Tarabuco y Tarabuco – Zudañez, quedando un saldo de 22 millones de dólares. Como chuquisaqueños debemos exigir al ex Prefecto, David Sánchez; a la ex Prefecta, Sabina Cuellar; y al Gobernador, Esteban Urquizo, que nos expliquen ¿dónde esta esos 22 millones de dólares? ¿Se gastó? ¿En qué? ¿Por qué no consultaron? ¿Está en depósito? ¿Por qué no se ha invertido?

Lo anterior y las siguientes preguntas, dan cuenta de la incapacidad del Estado para administrar los recursos y las empresas públicas: ¿Qué paso con la nacionalización de las empresas de servicio de agua potable en Cochabamba y El Alto? ¿Han ampliado su cobertura de servicio, han mejorado la calidad del mismo? ¿Por qué el gobierno ha intervenido por segunda vez la empresa de agua potable de El Alto? ¿YPFB cumple con sus objetivos de exploración, explotación, transformación, distribución y comercialización? ¿Por qué disminuyeron nuestras reservas certificadas de gas? ¿Por qué Bolivia no se convirtió en el centro energético de Sur América, como se proyectaba? ¿Siete años para construir una planta separadora de combustibles líquidos de una quinta parte del gas que exportamos? ¿Qué paso con el gas domiciliario? ¿Por qué se sigue racionando energía eléctrica manteniendo las calles oscuras? ¿Por qué no se ha provisto gas al mutún? ¿Qué pasó con la producción de las nuevas plantas de industrialización de leche, de cítricos, etc. inauguradas con tanta sonaja en muchas regiones del país? ¿Qué pasó con la producción de las fábricas de Papelbol y Cartonbol? ¿Alguien compró o consumió la producción de estas empresas?

Definitivamente, el Estado es un mal administrador de las empresas públicas, porque son los vividores y traficantes de la política, los que son designados gerentes, directores, asesores y operarios de estas empresas, sin saber nada de iniciativa, emprendimiento, inversión, organización, responsabilidad por generar trabajo y remunerar bien, convirtiéndose las empresas públicas en botín de la “militancia” de los partidos políticos (sean neoliberales o masistas), que se mueven con el único interés de apropiarse de los bienes y recursos del Estado, conducta de saqueo y pillaje que, lamentablemente, es reforzada por el propio Presidente, por ejemplo, cuando protege a los avasalladores de tierras y de cooperativas mineras, cuando deja que los funcionarios de la aduana roben las mercaderías incautadas, al igual que ocurre con los bienes y dineros de la interdicción del narcotráfico, cuando se promueve la extorsión de jueces, fiscales, testigos, imputados, etc., desde los ministerios de gobierno, de la presidencia y de justicia, en su afán de perseguir y encarcelar opositores para mantenerse en el poder, cuando el Presidente arenga a sus funcionarios: “metanle no mas, luego mis abogados lo van legalizar” y cuando no da lugar a la fiscalización y al control social del Programa “Evo Cumple”, manejado discrecionalmente por el Presidente, sin un plan, ni control.

Por lo expuesto, los chuquisaqueños y bolivianos conscientes no podemos apoyar a este gobierno. ¿Cómo recibirle al Presidente si el pasado año para el 25 de mayo apenas entregó un tomógrafo y ahora nuevamente viene a entregar sólo un césped sintético, además quiere entregar el horno Kawasaki en FANCESA sin haber puesto un centavo y luego de haber multado a la Fábrica arbitrariamente con 12 millones de bolivianos? Los 50 millones de bolivianos que ha anunciado invertir en obras conjuntamente el Alcalde no es más que eso: un anuncio que hizo para salir de paso, precisamente porque no tenía nada para entregar el 25 de Mayo, ahora tiene un anuncio de 50 millones. Por tanto, NO APOYES A ESTE GOBIERNO NI ASISTAS A SUS CONVOCATORIAS.
Sucre, 18 de mayo del 2013.

Dinosaurios y cocodrilos
El artículo del señor Miguel Morales refleja una media verdad, contaminada ideológicamente, ya que en la lectura de la información que presenta no toma en cuenta la variable histórica. Para los economistas, como don Miguel, los hechos presentes están explicados en gran parte por los hechos pasados relevantes, que a su vez crean las condiciones para el desarrollo de los hechos futuros. No hay que olvidar que la economía es una ciencia histórica y una ciencia probabilística no experimental.
Se afirma que FANCESA creció con una tendencia creciente, que casi duplicó su producción desde 1998 hasta el 2010 y que el único periodo en que decreció la producción fue los años 2000 y 2001, con la racionalización de FANCESA que puso en marcha Doria Medina y que el shock fue tan fuerte que tuvieron que transcurrir cinco años para que se recupere los niveles de producción de FANCESA. Y mientras tanto, su hermana melliza, SOBOCE, empezó a crecer a grandes pasos, hasta producir hoy cuatro veces más que FANCESA.
Esta historia está mal contada, por dos razones: Primero, no se toma en cuenta que entre el año 2000 y 2001 la economía de la región y la boliviana en particular pasan por un periodo recesivo (estamos hablando del interinato de Tuto Quiroga) y que se reflejó en la Guerra del Agua, Febrero y Octubre Negro, lo que Álvaro Linera denominó “la crisis de corto plazo” que es la crisis del neoliberalismo. Segundo, como consecuencia de ello, no sólo FANCESA disminuye su producción sino también SOBOCE y las otras Cementeras y eso se puede ver en la Tabla 1 que nos presenta don Miguel. El año 2000 SOBOCE producía 425,6, FANCESA 265,4 y las otras Cementeras 380,9 miles de toneladas de cemento, FANCESA y las otras Cementeras ya habían disminuido su producción un año antes. El año 2001 SOBOCE disminuye su producción a 402,1, FANCESA a 235 y las otras Cementeras a 345,4 y el año 2002 SOBOCE disminuye su producción a 395,5, FANCESA aumenta a 250,1 y las otras Cementeras aumentan a 364,8 miles de toneladas de cemento.

Don miguel afirma que si bien al inicio ambas empresas, SOBOCE y FANCESA, eran de tamaño similar, hoy SOBOCE produce el doble de FANCESA y que cada año la diferencia tiende a incrementarse.
Esta constatación es evidente, tal como se puede ver en la tabla 1, que presenta don Miguel, pero lo que no se dice es que esta tendencia se mantiene desde mucho antes de que SOBOCE pasara a administrar FANCESA, así el año 1990 SOBOCE producía 195,6 miles de toneladas de cemento, FANCESA producía 209,2 y las otras Cementeras 156,6. El año 1995, SOBOCE ya producía 292,5, FANCESA 243,8 y las otras Cementeras 354,5. El año 1999, SOBOCE ya producía 387,5, FANCESA 339,3 y las otras Cementeras 459,8 miles de toneladas de cemento, y así la diferencia en la tendencia del crecimiento de SOBOCE y FANCESA se fue incrementando paulatinamente.

Personalmente, creo que la reversión de las acciones de SOBOCE a la Prefectura fue una mala asignación de recursos, sin ningún estudio previo, porque ahora una buena parte del presupuesto del Gobierno Autónomo de Chuquisaca se tendrá que destinar a pagar el valor de las acciones de SOBOCE en vez de destinarlos al desarrollo departamental, y el capital invertido por SOBOCE se irá fuera de Chuquisaca y fuera del país.

Ahora, quienes administrarán FANCESA serán los políticos de turno, que no tienen ninguna vocación empresarial ni experiencia profesional, excepto el discurso demagógico y el arrear las banderas del partido, como el caso del señor Ortega, Iñiguez, Pérez y otros, ahora Directores de FANCESA, no en vano don Carlos Apaza del MAS condenó la pugna interna por pegas entre los directores de la Alcaldía y los Directores de la Prefectura.


Hay que debatir más sobre el rol del Estado en la economía y las experiencias que se han dado a nivel mundial, no hay que olvidar que hasta Cuba está abriendo su economía al mercado, es que el mercado es una realidad, expresa la conducta económica de las personas, de regatear, de negociar precios, algo que quiere controlar el gobierno paternalista y autoritario para imponernos sus decisiones desacertadas…

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